Elon Musk. Un héroe falso… y fascista
- Roy Molina
- 23 ene
- 4 Min. de lectura

Elon Musk pisoteó de la peor forma el estandarte de que los nerds podemos ser relevantes en el mundo, dejar de ser bulleados y contribuir a grandes y valiosas causas. Se convirtió en aquello que, se supone, siempre odió.
La reciente elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos (por segunda vez) trae consigo a un tipo aún más radical y repugnante que en su primer mandato. Esa política expansionista que nuestros vecinos del norte han tratado de camuflar con intervenciones en pos de la democracia y la justicia y que ahora parecen querer llevar a Panamá, Groenlandia y (si nos descuidamos poquito) a México, también trae consigo consignas racistas y discriminatorias y, además, uno que otro personaje impresentable.
Tal es el caso de Elon Musk, el magnate estadounidense (nacido en Sudáfrica) y dueño de algunas de las empresas más innovadoras de la actualidad: SpaceX, Tesla, Neuralink, The Boring Company y también del excusado público más grande de todo internet: Twitter (ahora X).
Hace ya unos años compré la biografía de Musk escrita por Walter Isaacson, también escritor de otros grandes libros que me han encantado, como la biografía de Steve Jobs y Los Innovadores, que es algo así como la biblia geek que cuenta la historia de la computadora y el internet. No tengo muy fresco el contenido del libro, pero he de admitir que me hizo admirar la trayectoria que estaba construyendo Elon Musk. De inicio me parecía (y me sigue pareciendo) impresionante la forma en la que pudo crear una empresa que pone naves espaciales reutilizables en órbita que, por más que los haters digan que él no hizo nada, es una hazaña gigante. La imagen del Tesla Roadster flotando en el espacio siendo “conducido” por un muñeco dummy vestido de astronauta y apodado Starman (en honor a la canción de David Bowie) después de haber sido lanzado por el cohete Falcon Heavy en su primer vuelo exitoso, está tan grabada en mi memoria y de una manera tan especial que, he de admitir, hoy me duele que deba ser vinculada a una persona que ha caído tan rápidamente (¿o siempre estuvo ahí?) en actitudes estúpidas, racistas y supremacistas.

El “chistesito” más reciente de Musk fue hacer un saludo fascista durante la ceremonia de investidura del ahora presidente gringo, Donald Trump. Esto consiste en levantar el brazo derecho estirado con un ángulo de aproximadamente 45 grados y con la palma de la mano viendo hacia abajo y, como dicen muchas personas dañadas del internet que intentan defender el gesto, se cree que su origen estuvo en el antiguo Imperio Romano. Pero, adivina dónde está Roma, es correcto, en Italia y, adivina qué pasó en Italia por allá de la primera mitad del siglo pasado, así es, el fascismo italiano dirigido por Benito Mussolini. Mussolini creía que la Italia fascista era el “Segundo Imperio Romano” y retomó el saludo como uno de sus principales símbolos. Ese saludo después fue adoptado por otros cuantos idiotas en el poder como Franco en España y, por supuesto, el señor alemán del bigotito chistoso, Adolf Hitler.
Entonces, ¿fue un gesto de un nerdo de 53 años invocando la grandeza del Gran Imperio Romano? [inserte aquí meme rancio en defensa de un multimillonario megalómano de que los hombres siempre piensan en el Imperio Romano porque… no sé, la gente dice cosas raras en internet] ¿o fue en realidad una alusión al saludo fascista de Hitler, Mussolini y Franco?
Leía por ahí que hechos como este hay que contextualizarlos. A ver, contextualicemos. Para que el saludo de Musk hubiera sido una referencia fascista necesitaríamos primero saber si con la llegada de Trump hay alguna especie de neofascismo gringo y, para ello, es necesario saber qué es el fascismo. Aquí el checklist ultra definitivo para saber si tu líder de ocasión es un facho (todos los créditos a Pictoline y Umberto Eco)

Es como la lotería, puedes imprimirlo y jugar a poner frijolitos sobre las características que tenga tu líder en cuestión, tipo “¡Yo elijo a Milei!” y pones tu frijolito en Lenguaje limitado y repetitivo porque “¡Viva la libertad, carajo!”.
Bueno. Entre “Make America Great Again”, “El cambio climático es un invento de los chinos”, “Los mexicanos son los culpables de todo”, deportaciones masivas, el decreto de militarización de la frontera sur, entre otros, me terminé mis frijolitos y llego a la conclusión de que efectivamente, Estados Unidos va volando al fascismo y, por lo tanto, Elon Musk es un idiota (un idiota contextualizado).
Se habla mucho sobre separar al autor de su obra. ¿Será que debe ser así en este caso? ¿Será que debe ser así en todos los casos? ¿Será que los satélites de SpaceX que le dan acceso a internet a mi mamá en medio de un pueblito en la Huasteca y los robots Optimus de Tesla bastan para olvidarme que el dueño de esos proyectos es un cuasi nazi?
No sé, no creo. No sé, no quiero.
Lo que es un hecho es que Elon Musk recorrió el Viaje del Héroe® al revés, como si Harry Potter se hubiera unido a Voldemort para matar muggles (que ya no estoy seguro si a J. K. Rowling le hubiera molestado realmente) o como si Anakin Skywalker hubiera…
Espera…
Un chamaco de un pueblo polvoriento. Al que le gusta armar robots. Que quiere salir de su planeta. Que se ve influenciado por el emperador. Para unirse al lado oscuro. Y juntos conquistar la galaxia.
¡¡¡Nooooooooooooo!!!
¿Eso convertiría a Grimes en Padme?
Y…
… a XÆA-12 en… ¡¡¡Nooooooooooooo!!!
Si Los Simpsons predijeron a Trump como presidente creo que Star Wars nos ha dado a nuestro propio, único, imperialista y próximamente amputado (cruzad los dedos), Darth Vader.
P. D.: En estas épocas pre Imperio Galáctico les deseo que la fuerza esté con ustedes. No olviden que sólo los tibios andan con sus sandeces de que “el imperio no es tan malo, mira cómo va el PIB de Coruscant” y “esas no son formas” y que si algo nos ha enseñado la ciencia ficción es que los Rebeldes son los que ganan al final.
P.D.2: para Elon Musk: Hay un increíble lugar para vacacionar, te lo recomiendo, se llama Mustafar. Te mando el Whats del guía de viaje, un tal Obi Wan. Y, no importa lo que él te diga, no le tengas miedo al terreno alto ;)
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